El viaje a Corea del Sur continúa: una promesa de cosecha

1500 misioneros, apasionados por el amor de Dios por este mundo, se reunieron en la pequeña isla de Jeju, en Corea del Sur, que se convirtió, durante unos días, en un lugar de fervor misionero y comunión entre las naciones.

Reunidos bajo la bandera de « Billion Soul Harvest » (la Cosecha de mil millones de almas), un movimiento pentecostal coreano de notable generosidad, estos misioneros procedentes de países y culturas antípodas definieron su objetivo para los próximos años: alcanzar juntos a una octava parte de la población mundial con el Evangelio de aquí a 2033.

Desde Papúa hasta Perú, desde Japón hasta Jordania, desde Suecia hasta Sudán, han venido a compartir su misión. Se presentó un auténtico mosaico de proyectos y testimonios, todos ellos muy creativos e inspiradores.

Desde la noche de la inauguración, la alegría era palpable. Tras un momento de alabanza lleno de color y decibelios, el desfile de banderas nacionales hizo que a Olivier Fleury le viniera a la mente el pasaje de Apocalipsis 7:9:

«Después de esto, miré y vi una gran multitud que nadie podía contar: hombres de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos con ropas blancas...».

En ese momento, una gran emoción se apoderó de él. Este momento no es solo un desfile de banderas: es una prefiguración del cielo, una visión anticipada de esa gran multitud que representa a los hombres de todas las naciones, reunidos alrededor del Cordero.
 

Generaciones Z y Alfa: ¡un viento de fuego!

La segunda noche, unos sesenta niños y adolescentes de entre 8 y 18 años, vestidos con camisetas blancas, encendieron la sala con una enérgica coreografía que mezclaba hip-hop y cultura manga. Tras una ovación de pie, mientras recuperaban el aliento, Olivier se unió a ellos para orar por ellos en francés.

Entonces pidió a Dios que soplara un viento de avivamiento sobre esta generación Z y Alfa, que la protegiera en este mundo en constante cambio y que la enviara a la misión. Una vez que abandonaron el escenario, Olivier testificó con emoción cómo, en Sídney en 2007, recibió la visión de celebrar los 2000 años de la Resurrección. Se instala un profundo silencio: se podría oír volar una libélula, como se dice aquí en Extremo Oriente.

Luego, en un ambiente de recogimiento, invita a toda la asamblea a dejarse visitar por la gloria de Dios, a recibir visiones y revelaciones. De rodillas, le cuesta articular palabra. Oleadas de amor lo inundan y las lágrimas inundan sus ojos, así como los de muchos otros. En ese momento, la paz de Dios, su amor y su gloria son palpables, al igual que su Espíritu actuando en cada uno de ellos con calma... y con poder.
 

JC2033 crece para 2033

Formábamos un magnífico equipo de embajadores de JC2033:

  • Priscilla Tin (Hong Kong, China), responsable del stand, que recibió muchas visitas tras las dos intervenciones en el escenario de Olivier Fleury;

  • Jacqueline Kenney (Perth, Australia);

  • Madan Shah (Katmandú, Nepal).

Tras estas diferentes intervenciones en el escenario para compartir el corazón de Dios con respecto a la misión, muchos participantes se acercaron para saber más sobre JC2033, y varios incluso expresaron su deseo de convertirse en embajadores.

Una vez más, al igual que la semana anterior en Seúl, casi todos los ponentes mencionaron 2033 como objetivo para el cumplimiento de su misión.
 

¿Y tú?

¿Quieres tú también unirte a la multitud de testigos de todas las naciones, anunciando en unidad este hermoso mensaje: ¡Cristo ha resucitado! ¡Realmente ha resucitado!

Conviértete en embajador de JC2033