Al día siguiente del encuentro ecuménico que conmemoraba los 1700 años del Concilio de Nicea, encuentro que reunió en İznik a representantes de todas las familias de Iglesias, entre ellos Boutros Mansour y Jerry Pillay, secretarios generales de la Alianza Evangélica Mundial y del Consejo Ecuménico de Iglesias, respectivamente, el Papa hizo un vibrante llamamiento a la unidad cristiana, invitando a reunirse «todos juntos» en Jerusalén en 2033 para celebrar «los dos mil años de la muerte y resurrección de Cristo».
Animó a «recorrer juntos el camino espiritual que conduce al Jubileo de la Redención», con la perspectiva de un retorno al Cenáculo, lugar de la última cena, del lavatorio de los pies y de Pentecostés, un camino hacia la plena unidad. (Cf. Vatican News)
Esta convergencia hacia la Ciudad Santa iría precedida de un «viaje espiritual» que podría reforzar aún más la unidad cristiana durante los próximos siete años.
Al día siguiente, a bordo del vuelo Estambul-Beirut, el Papa confirmó a los periodistas: «Hemos hablado de posibles encuentros futuros. Uno de ellos tendría lugar en 2033, dos mil años después de la Redención. La idea ha sido aceptada. Todavía quedan años para prepararla». »
También en Estambul, se firmó una declaración conjunta con el patriarca Bartolomé, en la que se afirmaba «el deseo común de seguir explorando una solución que permita celebrar juntos la Fiesta de las fiestas (Pascua) cada año». Una señal clara en el camino hacia la unidad. (Declaración conjunta disponible aquí)
Un mes antes, en Seúl, la Asamblea General de la Alianza Evangélica Mundial hizo un llamamiento a dar testimonio del «Evangelio para todos antes de 2033». Olivier Fleury, fundador de JC2033, que participó en ella, se congratula:
«No solo los evangélicos, sino ahora también los católicos y los ortodoxos ponen un fuerte énfasis en 2033. Para nosotros, en JC2033, que llevamos más de una década trabajando en esta perspectiva, es una valiosa confirmación: estamos en el buen camino hacia este jubileo excepcional. Las relaciones fraternas entre las grandes familias de la Iglesia se están fortaleciendo como nunca antes. Esta convergencia augura que las celebraciones de los 2000 años de la Resurrección se vivirán en una unidad más tangible, con un impacto poderoso para el testimonio cristiano en el mundo».
Jerusalén, como la Pascua de 2033, pertenece a Cristo. Que el Espíritu Santo ilumine el camino hacia este «jubileo de jubileos» y nos muestre, a nosotros, JC2033, humilde levadura en la masa, la contribución a la que nos llama. Por eso los invitamos a una marcha anual por el camino de Emaús para manifestar concretamente nuestro vínculo vivo con la ciudad donde Jesús resucitó.
Martin Hoegger
